viernes, 10 de octubre de 2008

Los Doscientos...en la Isla

No, no es el nombre de una película...es el número de los jóvenes que asumieron un colosal desafío en el verano de 2008. Recordaba con afecto las experiencias vividas en nuestro último campamento de febrero 2008, la fidelidad y protección de Dios, la fuerza de Su Espíritu en personas tan débiles como nosotros.
Creo que nos hacen bien los desafíos.

¿Quién dijo que los jóvenes tienen que esperar a sacar una carrera para poder hacer algo por Chile?
La gente de "Servicio País" estaban asombrados que jóvenes de primer año de universidad del MUC estuvieran dispuestos a una vivencia extreme de ayuda al prójimo en la Isla Santa María de Coronel, un espacio de pobreza dependiente de la comuna más pobre de Chile.

Durante ese tiempo vimos a estos verdaderos héroes juveniles de nuestros ministerios abandonar su comodidad, dedicarse a compartir las Buenas Nuevas, practicar la verdad, realizar misericordia y difundir el conocimiento de Dios, mejorando la calidad de vida de compatriotas al sur del territorio, en una isla donde habita una comunidad deprimida moral y económicamente, en categoría de riesgo social.
Los talleres de apoyo comunitario, experiencia inédita en nuestro campamentos, nos conectaron con realidades íntimas de los isleños, y nos permitieron aportar soluciones a personas y familias que sufren un patente abandono de parte del resto del "Chile Continental".
Experiencias como taller de emprendimiento social, complementación de la biblioteca de la escuela rural, entrega de medicamentos y pañales, charlas de prevención de enfermedades infecciosas, promoción de salud bucal, plantación de árboles, asesorías legales en diversos aspectos, escuela para padres, prevención de conductas riesgosas y programa de educación sexual SMV...en fin, el cariño demostrado al isleño, el consejo a tiempo, la preocupación por el prójimo, todo eso y más constituyen la expresión de amor del Dios del cielo quien, tomando cuerpo de hombre, vino a caminar entre los hombres y a morir por ellos para traer vida.

Juan capítulo 12:24 al 26 señala: "De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará."

Dios está buscando sembradores, que estén dispuestos a morir a sí mismos, entregándose a Cristo, para invertirse en las vidas de otros y así, producir abundante fruto. Eso es la relación con Dios, eso es el discipulado genuni, eso es el ministerio cristiano. ¿Por qué a veces nos cuesta tanto ver un fruto que perdure en el ministerio juvenil? En esta época lo temporal nos arrasa y nos impide percibir lo eterno. Es más fácil no hablar de Jesús, es más sencillo no comprometerse a ser un testimonio de vida, es más cómodo no orar ni llamar al discípulo. ¡Que nos está pasando!Jesús se despojó para sembrar. ¿Qué sembrador eres? ¿escaso o abundante? Oremos para que, como líderes, desarrollemos una extraordinaria capacidad de siembra -aún a precio de lágrimas (Salmo 125:5-6). Oremos para que el Señor nos oriente en nuestra tarea pastoral a los jóvenes universitarios, oremos para amar y levantar la visión MUC en nuestros distritos, oremos pidiendo dirección para nuestro campamento 2009.

Fue buena la experiencia servicio en febrero 2008 en la Isla. Pero lo mejor fue disfrutar de la presencia de Dios gozándose en su pueblo joven. Adorar en tiempos especiales de comunión para luego, ser distribuidores de su amor y su gracia entre gente tremendamente necesitada de, primero, recibir salvación por medio de un encuentro con Jesucristo y, después, atravesando complejas y dolorosas situaciones personales, familiares y comunitarias.


Para terminar, quiero recordar algunos puntos que Martin Luther King señaló, en el que fuera su último sermón (grabado por el con anterioridad y emitido en la ceremonia de su funeral):

"Sólo quiero que alguien recuerde que Martin Luther King quiso dar su vida por los demás; quiero que en ese día digáis que intenté andar con mi pueblo; que intenté dar de comer al hambriento; que intenté cubrir al desnudo. Quiero que se diga que intenté consolar a los que estaban en prisión, que intenté amar y servir a la humanidad. Si queréis, decid que solo fui como un redoble de tambor por la paz...lo demás, no tiene importancia.

No dejo ningún bien terrenal, tan sólo quiero dejar tras de mí el recuerdo de una vida de dedicación. Si esta vida pudo alentar a alguien a sentir amor, a superarse, entonces mi vida no habrá sido en vano. Si puedo difundir con mi sacrificio el mensaje redentor, como lo hizo el Señor, mi vida no habrá sido en vano".

Estas y muchas palabras que dejo Martin Luther King superan cualquier discurso por elocuente que sea, porque se desprenden de una vida consciente de su destino.

¿Eres consciente del tuyo?

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